
Que a una persona heterosexual le resulte desagradable el sexo homosexual es lógico y no tiene nada de raro ni de malo. Pero los homofóbicos van más allá y la sola existencia de dichas relaciones y de las personas homosexuales, les repugna, les asquea. También los llena de indignación cuando las sociedades o sus instituciones reconocen a esas personas sus legítimos derechos, como el matrimonio o la posibilidad de adoptar hijos. Si pudieran, los mandarían a vivir a todos encerrados en algún guetto o isla o detrás de una cerca electrificada. Si pudieran, los obligarían a someterse a todo tipo de pseudo tratamientos para curarles sus "desviaciones". ¿Qué otra cosa harían, si pudieran? ¿Los esperarían a la salida de la escuela o de un boliche para enseñarles a ser "normales" a fuerza de golpes, violarían a los gays "a ver si les gusta" y a las lesbianas para enseñarles "cómo debe actuar una mujer"? ¿Los golpearían hasta matarlos? Sí, muchos de ellos lo harían, y muchos ya lo hicieron.
Es que además del desagrado que les causan las relaciones homosexuales, los homofóbicos sienten un miedo totalmente irracional a que se trate de algo contagioso que pueda "homosexualizarlos", o a que los homosexuales los agarren y los violen. Esa combinación de repugnancia y miedo irracional los lleva a negarles a personas de carne y hueso que no pueden contagiarlos de su homosexualidad ni tienen la menor intención de violarlos, sus derechos más básicos, como la salud, el trabajo, el matrimonio o la posibilidad de adoptar hijos (y algunos también les negarían la libertad o incluso la vida). Personas que no les dieron permiso, en primer lugar, para meterse en la cama con ellos.